Son muchas las razones por las cuales las motos son tan atractivas para la fotografía. Su tamaño, su mecánica, sus cromados y esos diseños clásicos o futuristas hacen que se complementen perfectamente con el cuerpo femenino. Es por eso que al juntar ambas cosas, en Girls and Bikes, se consigue un fuerte impacto visual.
Una chica en moto sugiere una explosión de energía, libertad y estilo. Una combinación que aporta un toque salvaje y rebelde, una visión de futuro que refleja la esencia por la búsqueda de la aventura. Cada imagen de Girls and Bikes transmite valentía, coraje y poder, desafiando los límites y rompiendo estereotipos. Pero más allá de su apariencia, estas imágenes inspiran a otras personas a perseguir sus propios sueños y a abrazar su lado más audaz. Son un recordatorio constante de que no hay barreras para lo que una mujer quiera lograr.
La sola apariencia de controlar una máquina de dos ruedas, incluso en posición estática, sugiere un símbolo de empoderamiento, determinación y dominio de la situación. Por lo que la fusión de la belleza y sensualidad femenina con la potencia inerte de una máquina, es siempre una garantía de buenos resultados.
Y es que una moto, que por sí sola destacaría en cualquier fotografía, mejora aún más cuando es comandada por una mujer con presencia. Es entonces cuando ambas parecen entrar en una rivalidad de curvas mecánicas contra curvas femeninas y pasan a ser parte de una perfecta sinergia que integra a ambas como si fuesen una sola.
No existen motivos para pensar que este proyecto solo está pensado para aquellas modelos que tengan una apariencia dura, firme y segura. Aquellas que tienen un aspecto angelical e inocente, pueden también salir por unos momentos de su zona de confort y despertar su lado salvaje, sintiéndose como la mujer fatal extraída del fotograma de una película.
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